Desde su promontorio que domina la ciudad de Amboise, el Château Royal ofrece la contemplación a 360 grados de un panorama inscrito en el Patrimonio Mundial de la UNESCO, así como una inmersión en las profundidades de la Historia de Francia. La gran historia no es solo una serie de nombres y fechas, sino también una realidad física que se puede tocar con el dedo, como aquí en Amboise. Este grandioso palacio de los reyes Carlos VIII y Francisco I da testimonio de su estructura, decoración, ornamentos interiores y exteriores perfectamente conservados o restaurados... de las mutaciones de la Europa de los siglos XV y XVI. La Orangerie del castillo alberga un espacio de restitución 3D que reconstituye las modificaciones del edificio desde sus orígenes hasta nuestros días. Será la ocasión de descubrir la importancia histórica y estratégica del promontorio de los Châteliers. El fasto del castillo comienza realmente con los reinados de Luis XI, Carlos VII y Francisco I. Aunque no todos residían a tiempo completo, prefiriendo Loches o Chinon, las reinas se trasladaron y se realizaron obras, transformando progresivamente la plaza fortificada medieval en un palacio gótico suntuoso. Carlos VIII será el gran arquitecto del castillo como lo visita hoy, Francisco I después de él. Se le deben así las dos torres llamadas caballeras, ya que permiten a caballos y enganches conectar la ciudad con las terrazas 40 metros más arriba. Los mejores artesanos franceses, flamencos e italianos trabajan en la construcción de este monumento de 220 piezas. De estos programas de construcción y acondicionamiento, quedan colecciones de muebles y diversos objetos de arte impresionantes.

Leonardo da Vinci murió hace 500 años en Clos Lucé. Francisco I lo había instalado allí tres años antes, con todos sus cuadernos y bocetos, así como tres obras pintadas mayores. Es verdaderamente la intimidad del maestro italiano que se le revela, desde la gran sala renacentista hasta la habitación, pasando por la cocina. La museografía da a ver las maquetas, telas y máquinas gigantes del hombre de ciencia, filósofo, humanista... y se abre al parque donde un recorrido lúdico completa el descubrimiento de su universo. El edificio en sí merece una visita, de factura clásica, ladrillo rojo y piedra de toba, enclavada en un parque coqueto. Entra en el trabajo diario de Leonardo como si fueras uno de sus familiares. Las chimeneas monumentales, los suelos, de la habitación al taller todo parece permanecer intacto, listo para darle la bienvenida. Todo esto pone en apetito: ¡apetito de conocimiento, de experimentos, de descubrimientos y... de ir más lejos en el conocimiento de Leonardo! Los niños podrán disponer de un folleto: el Cuaderno del Inventor los transforma en alumnos de Leonardo, que les ofrece pistas y trucos para inventar también ellos. ¡Basta con llevar un lápiz!

A 3 kilómetros del hotel, aquí hay un parque increíble que te acerca a la historia, haciéndote sentir como si estuvieras subiendo. En un parque de dos hectáreas, descubra 41 de los castillos más bellos del Loira... sin moverse de Amboise! Una manera divertida de recorrer la historia, literalmente: están a tus pies, reducidos a la escala 1/25, Saumur, Villandry, Blois, Chambord, Abbaye Royale de Fontevraud... De Sully-sur-Loire a Angers. No se pasa por alto ningún detalle arquitectónico, ni las proporciones o los colores de las fachadas que se pueden ver de cerca: es la historia a la altura de la mujer, del hombre o del niño. Para los niños, por otra parte, un circuito lúdico único y seguro ha sido pensado para hacerles esta circulación histórica más divertida, en coche (miniatura) o a caballo (mecánica, posibilidad de vestir un traje de caballero o de princesa) a elección, alternativamente. Pero los pequeños y los grandes pueden disfrutar de los múltiples jardines, ya sean miniaturas y naturales, tallados de 6 a 7 veces al año, alrededor de las maquetas, o de tamaño natural. Estos últimos, tallados con cordel («a la francesa») o con mayor libertad aparente («a la inglesa») se cruzan los ojos abiertos; el de los Aromas se aprecia también con los ojos cerrados

Serti en sus jardines de Diana de Poitiers y de Catherine de Médicis, en el corazón de un parque de 70 hectáreas, es uno de los castillos más bellos del Valle del Loira que se acercan al llegar a Chenonceau. Con su galería que atraviesa el agua del Cher, es bastante singular en su estructura como en su historia. Marcado por las mujeres que dejaron su huella, después de Diane y Catherine, Louise de Lorraine, Louise Dupin, Mme Pelouze, el castillo se convierte en Hospital Militar durante la Primera Guerra Mundial y paso en Zona Libre durante la Segunda. El castillo debe la mayor parte de su aspecto actual a Catalina de Médici, inspirada en los planos de un palacio veneciano. Se distribuye en tres partes distintas: el cuerpo de casa de dos pisos, la larga galería cuyos cinco arcos atraviesan el Cher al sur, y la Torre de las Marcas, vestigio medieval de un castillo anterior. El castillo promete algunas horas maravillosas recorriendo en particular la sala de los guardias, la capilla, el Gabinete Verde, las habitaciones de Diane de Poitiers y Catherine de Médicis, la galería, los salones François 1er y Louis XIV... Usted descubrirá telas maestras, muebles suntuosos y tapices raros.

¡Cuántas mutaciones ha conocido, el castillo de Chaumont, de plaza fuerte del año mil a casa de placer y de pompa a la vuelta de los siglos XIX y XX! Visitar este magnífico monumento, pisar el suelo de las diferentes habitaciones, oficinas, sala de guardias, es como caminar en la historia de la arquitectura. Qué maravilla pasar progresivamente de la relativa oscuridad de la cámara Ruggieri a la mayor claridad de la de Catalina de Médici, y leer en la piedra de la escalera de honor cómo los motivos góticos desaparecen en beneficio de los fines vegetales Renacimiento... Algunos ajustes posteriores son obra de varios propietarios más tarde, pero siempre con un sentido muy fino de la armonía del lugar. La visita a los apartamentos privados revelará muebles de gran lujo, de estilo Imperio o Renacimiento, antes de que se vaya a ventilar en el gran parque, que data de 1880, acondicionado, como los establos, a petición de la Princesa y del Príncipe De Broglie. Tanto si eres amante de los caballos como si no, no te quedarás insensible al lujo desplegado para dar la bienvenida a los caballos de tiro y de silla de montar, medio sangre y pura sangre... El parque acoge desde 1992 el Festival Internacional de los Jardines, laboratorio de la creación contemporánea en el ámbito de los jardines y de la creación paisajística en el mundo. A la vez mina de ideas y vivero de talentos, el Festival revitaliza el arte de los jardines e interesa al público y a la profesión presentando nuevas flores, nuevos materiales, ideas y enfoques innovadores.

«Fui criado en Amboise y, durante toda mi vida, tuve siempre presente la divina bebida de esta hermosa ciudad de Touraine, tan querida para mi corazón». Enamorado de la vida, el rey Francisco I sabía apreciar los frutos del terruño local. Ya sea blanco, rojo o rosado, efervescente o con finas burbujas, el divino néctar, tan a menudo cantado por Rabelais, sigue cautivando las papilas gustativas. Desde nuestro hotel en Amboise, podrá recorrer la ruta de los vinos de Touraine, descubrir las mejores bodegas del valle del Loira y degustar los mejores vinos de la región. Amboise, Vouvray, Montlouis-sur-Loire... los vinos del Loira cerca del hotel ofrecen hermosos paisajes y paseos. En coche, a pie o en bicicleta, en los senderos vitícolas o en un toue (barco tradicional) a lo largo del agua, descubra el 3er viñedo de denominaciones de Francia. Durante su estancia en el Valle del Loira, empuje la puerta de una propiedad vitícola, salga al encuentro de estos viticultores apasionados, visite su bodega excavada en la tufa blanca y pruebe uno de estos vinos de Touraine de personalidad tan asertiva (más de una docena de DOP). vinos